miércoles, 10 de junio de 2009

"EL MITO DE SÍSIFO": LA RUTINA DEMOLEDORA

Cualquiera sea la alternativa elegida de las diversas versiones que ofrecen los textos sobre el Mito de Sísifo, lo cierto que éste, en todas ellas, a la postre, el protagonista resulta condenado a empujar una pesada piedra por una pendiente. Apenas la roca llegaba a la cumbre volvía a caer, impelida por su propio peso, y Sísifo tenía que empezar de nuevo. Desde siempre el recuerdo de este mito nos produjo cierta angustia existencial; lo sentimos como una metáfora de muchos momentos de nuestras vidas. Nos referimos a las actividades humanas repetitivas, y que terminan por encerrar parte esencial de nuestro paso terrenal en una monotonía tediosa, insoportable. El levantar todos los días, durante años, la misma cortina del mismo negocio, o concurrir diariamente a manejar una máquina impersonal y automatizada; el llegar a una oficina a poner en su lugar el mismo esponjero, idéntica agenda, la misma abrochadora, para comenzar el proceso de la misma odiosa papelería, en ocasiones sin saber cual es su utilidad e incluso con la conciencia de que no tienen utilidad ninguna …y concientes de que tendremos que hacerlo al día siguiente…y al otro y todos los sucesivos que alcancemos a vislumbrar, es fatigoso y destructivo de un sistema neuronal con apetencias de ser. Sabemos que en la mayoría de los casos lo anterior es ineludible ya nos viene impuesto por ley de la vida. Pero tratemos de mitigarlo. En cuanto está a nuestro alcance estableciendo variantes a las estructuras prefijadas, gozando de la socialización de personas que participen de nuestras inquietudes; realizando estudios, aún en edad avanzada, tengan o no vinculación con nuestra ocupaciones actuales, pero que traigan a nuestra mente la apertura de ideas conceptos, principios e inquietudes que antes no se tenían. Busquemos afinidad con las expresiones artísticas y si es posible intente acceder a su propia realización. Hullamos de la abulia demoledora, y nunca deje de preguntarnos los comos y los porqués; miremos la vida con la curiosidad de un niño.

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