M.GRONDONA: LA PERSISTENCIA OBSCENA EN EL ERROR
El libro de reciente publicación de Mariano Grondona citado en el título bien merecer ser leído para encontrar la verdad en la reversión de sus argumentos de su línea argumental y juicios de valor: así cabe en resumen decir:
- Que el tan cacareado progreso desarrollo positivo durante 77 años no responden ni a la Generación del 37, ni al proyecto de Alberdi; la riqueza no deviene de un papel escrito; FUE CONSECUENCIA DE LA FUERZA GENERATIVA DE LA NATURLEZA
- En cuanto al producto bruto per capita al inicio del siglo XX, es fácil concluir nada nos informa respecto al bienestar de la generalidad de la población. Es bien conocida la metáfora sobre el hombre que pereció ahogado en una laguna que tenía treinta centímetros de profundidad de promedio. FUERON LOS AÑOS DE VACAS ATADAS PARA LA OLIGARQUIA TERRATENIENTE, por entonces los propietarios de bienes obtenidos en total ilegitimidad.
- Debe destacarse que se trataba de la apropiación de bienes naturales, los mismos que las Encíclicas papales de la iglesia Católica, institución a la que el autor siempre se confesó muy adepto, además de sancionar el principio de que CONSTITUYE UN PECADO QUE CLAMARA AL CIELO JUSTICIA ROBAR A ALGUIEN EN EL PRECIO DE SU TRABAJO, sentaron la premisa de que LOS BIENES DE LA NATURALEZA FUERON CREADOS POR DIOS PARA EL GOCE DE TODOS LOS HOMBRES.
- Parecería que no es muy útil recurrir a la dialéctica de Hengel para encontrar la razón justificatoria de los momentos liminares de la historia argentina. Como bien lo dice el libro, se cayó en un vacío decadente al producirse el derrocamiento de Perón de 1955 tomando este objetivo como una finalidad en si misma; parece que el odio los encegueció y no permitió operar la conformación de la antítesis; les bastó la sangre.
- Los enemigo que el autor imputa al actual gobierno lo son de todos los argentinos bien pensantes: LOS MILITARES que arrastraron a nuestro país a la más horrorosa ignominia; LA IGLESIA: Colaboracionista, indiferente y genocida, que se ha apartado del pueblo y desatendido de su necesidad de justicia.
- EL CAMPO: Deberá someterse al orden legal y al aporte razonable y necesario para una distribución razonable de la riqueza, dejando de lado comportamientos basados en la violencia patoteril y la paralización ilegítima de la circulación de bienes y personas. No pueden ignorar que gran parte de su superrenta tuvo su origen en un tipo cambiario pagado a un costo muy alto por la comunidad en su necesidad de reconstituir sus reservas, y que a su vez actuó sobre el proceso inflacionario interno. A la vez, ya que beneficiados por encima de la rentabilidad normal, no pueden permanecer indiferentes a los BOLSONES DE POBREZA Y MARGINALIDAD EXTREMA. Es innoble; por lo demás han de acatar el derecho.
- El autor se esfuerza en la búsqueda de carriles para operar después del derrocamiento que aparece propiciar, ya en la virtualidad del título mismo. No es preciso. “LA DOCTRINA JUSTICIALISTA” ya está gravada en el alma del pueblo argentino. Hubo un momento fundante en el 45 y la historia espera por la concreción plena de sus equilibrados principios.
- Que el tan cacareado progreso desarrollo positivo durante 77 años no responden ni a la Generación del 37, ni al proyecto de Alberdi; la riqueza no deviene de un papel escrito; FUE CONSECUENCIA DE LA FUERZA GENERATIVA DE LA NATURLEZA
- En cuanto al producto bruto per capita al inicio del siglo XX, es fácil concluir nada nos informa respecto al bienestar de la generalidad de la población. Es bien conocida la metáfora sobre el hombre que pereció ahogado en una laguna que tenía treinta centímetros de profundidad de promedio. FUERON LOS AÑOS DE VACAS ATADAS PARA LA OLIGARQUIA TERRATENIENTE, por entonces los propietarios de bienes obtenidos en total ilegitimidad.
- Debe destacarse que se trataba de la apropiación de bienes naturales, los mismos que las Encíclicas papales de la iglesia Católica, institución a la que el autor siempre se confesó muy adepto, además de sancionar el principio de que CONSTITUYE UN PECADO QUE CLAMARA AL CIELO JUSTICIA ROBAR A ALGUIEN EN EL PRECIO DE SU TRABAJO, sentaron la premisa de que LOS BIENES DE LA NATURALEZA FUERON CREADOS POR DIOS PARA EL GOCE DE TODOS LOS HOMBRES.
- Parecería que no es muy útil recurrir a la dialéctica de Hengel para encontrar la razón justificatoria de los momentos liminares de la historia argentina. Como bien lo dice el libro, se cayó en un vacío decadente al producirse el derrocamiento de Perón de 1955 tomando este objetivo como una finalidad en si misma; parece que el odio los encegueció y no permitió operar la conformación de la antítesis; les bastó la sangre.
- Los enemigo que el autor imputa al actual gobierno lo son de todos los argentinos bien pensantes: LOS MILITARES que arrastraron a nuestro país a la más horrorosa ignominia; LA IGLESIA: Colaboracionista, indiferente y genocida, que se ha apartado del pueblo y desatendido de su necesidad de justicia.
- EL CAMPO: Deberá someterse al orden legal y al aporte razonable y necesario para una distribución razonable de la riqueza, dejando de lado comportamientos basados en la violencia patoteril y la paralización ilegítima de la circulación de bienes y personas. No pueden ignorar que gran parte de su superrenta tuvo su origen en un tipo cambiario pagado a un costo muy alto por la comunidad en su necesidad de reconstituir sus reservas, y que a su vez actuó sobre el proceso inflacionario interno. A la vez, ya que beneficiados por encima de la rentabilidad normal, no pueden permanecer indiferentes a los BOLSONES DE POBREZA Y MARGINALIDAD EXTREMA. Es innoble; por lo demás han de acatar el derecho.
- El autor se esfuerza en la búsqueda de carriles para operar después del derrocamiento que aparece propiciar, ya en la virtualidad del título mismo. No es preciso. “LA DOCTRINA JUSTICIALISTA” ya está gravada en el alma del pueblo argentino. Hubo un momento fundante en el 45 y la historia espera por la concreción plena de sus equilibrados principios.
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