jueves, 25 de junio de 2009

"LAS MENINAS" DE VELÁZQUEZ: ¡DEPURAR LAS EXTRAVAGANCIAS!



Frente a disquisiciones intelectuales de aparente profundidad filosófica, cuando la proyecciones de especulación alcanzan un nivel de divague que roza, a nuestro juicio, lo fantasioso uno tiende a imaginarse el supuesto de encontrarse sentados con ellos en una mesa de bar, bebiendo unos vinos, e intentar poner coto a las fantasías pretendidamente emanadas en la sabiduría y erudición diciendo… Muchachos paremos la mano…Es lo que sucede con el tratamiento dado a la pintura de Velázquez mencionada n el titulo.

El pintor barroco español Diego de Velázquez ,1599 a 1660, pintó el cuadro a que hacemos referencia con una singular disposición de las figuras. Vemos representados en el cuadro al mismo pintor, dispuesto, en apariencia, a completar su tarea. Su cometido es pintar la pareja real, Felipe IV y Mariana de Austria. En un primer enfoque solo percibimos a la princesa Margarita, a las meninas y a los enanos. Recién advertimos en una segunda indagación visual que en el fondo del estudio existe un espejo en el cual aparece representada la pareja real. En resumen, lo reflejado en el escenario es lo que los reyes están viendo, y la presencia de ellos se advierte a trabes de la imagen dada en el fondo por el espejo. El cuadro ha sido motivo de numerosas y exhaustivas concusiones, particularmente filosóficas. Estas partieron fundamentalmente de Foucault, quien en lo sustancial interpreta el cuadro como una confirmación del pensamiento de Heidegger, ínsito en su doctrina pero no proclamado por el: la muerte del hombre como integrante de la relación sujeto objeto. Se utiliza el cuadro de Velázquez para demostrar que antes de la Modernidad el sujeto no existía, de acuerdo a la postulación de Foucault; el objeto principal de la pintura aparece en segundo plano, devaluado, ha sido retirado del centro protagónico de la relación, ha sido vctima de aniquilación como sujeto. Otros filósofos apuntan que Velázquez pintó el cuadro en l656, cuando ya la burguesía estaba en ascenso, y en l789 se produce la revolución que habría de destronar a la monarquía, lo que viene a ser confirmatorio de las premoniciones del artista. Lo vemos como una exageración que se aproxima al dislate. El pintor concibió un artilugio de procedimiento para enriquecer el cuadro con la presencia de todos los intervinientes. No es valido extraer conclusiones de causa a efecto o tomarlo como la convalidación de teorías que serian concebidas y exteriorizadas siglos después. En la actualidad existen máquinas fotográficas que permiten, con alguna agilidad, incluir en la toma a todos los conformantes del núcleo que se intenta incorporar a la imagen, incluido el fotógrafo; pero si llega haber un espejo que recoja el paso de un tercero, … a no, a ese la teoría se lo lleva puesto y pierde toda centralidad futura y a todos los efectos…

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