SUBLIMACION ESPIRITUAL: EL FILME "EL PIANISTA".

Sobresaliente película. Su momento más excelso no tiene que ver con las horrendas condiciones vividas en el gheto judío de Varsovia, ni con las vicisitudes y peripecias corridas por el protagonista en el decurso de su huída del mismo; ni tampoco la descripción de los extremos de precariedad y sufrimiento que debió soportar para alcanzar su supervivencia; tampoco la encarnizada lucha que se libraba en las calles a partir de la sublevación polaca. El protagonista debió desplazarse alternativamente de uno a otro edificio en busca de aquel que supusiese el mayor resguardo, por más que todos ellos, sometidos a la acción de los cañones y de los lanzallamas, mas bien parecían esqueletos fantasmagóricos, constituidos en monumentos elocuentes de la capacidad de destrucción de que es capaz el ser humano. El filme alcanza su ápice en el momento de que el protagonista, pianista eminente, es descubierto en su escondite por un oficial alemán; éste lo interroga sobre su profesión. Ante la respuesta de ser un pianista ejecutante de la radio polaca, para corroborar su aserto lo conduce a otra dependencia donde, entre escombros, un piano mostraba incólume su existencia. Le pide que toque. Comenzando de un modo trabajoso debido al entumecimiento de sus dedos, el pianista comienza la ejecución, que pronto alcanza un vuelo magistral… y se produce el milagro; al conjuro de una expresión superlativa del arte, se nota que una corriente de virtualidad superior se coloca por encima de los hombres y alemán deja de considerar al otro, de hecho, como su prisionero; y le proporciona alimentos y lo asiste hasta que se ve obligado a abandonar el área debido a la proximidad de las tropas rusas. Durante una exposición, el filosofo argentino José Pablo Feiman, comentó la teoría de algunos pensadores en el sentido de que los no creyentes en Dios, en algunos momentos tienen percepciones de divinidad; preguntado sobre si podía dar un ejemplo, citó a este momento fílmico como el instante en que se percibe una gratificante espiritualidad que se ubicaría más allá de lo humano.