lunes, 4 de mayo de 2009

"EL CAOS", UNA REAL POSIBILIDAD.

La expresión “O NOSOTROS O EL CAOS”, expresado literalmente o en términos parecidos por los máximos exponentes del kirchnerismo, es más que una frase de campaña; es la manifestación cierta de un sentimiento que se viene sembrando en la sociedad desde hace meses por vía de una conjunción concurrente de factores presentados a la percepción pública ya desde las primeras manifestaciones de la controversia gobierno-campo.
Un alineamiento inusitado de todo el espectro político no kirchnerista, desde la derecha más recalcitrante a lo adalides de las posturas de la izquierda presuntamente asentados en la ideología reivindicatoria de los económicamente débiles, pensamiento que alcanzaría su cenit en el logro de una distribución más equitativa de la riqueza; y en el caso se trataba que los propietarios de los medios naturales de producción. Cabe destacar que las encíclicas sociales de la Iglesia han dicho con insistencia que los frutos de la naturales fueron puestos por Dios para el goce igualitario de todos los hombres; con independencia de ello, el campo gozaba de un régimen de precios excepcionalmente elevados, y una conversión cambiaria fijada por el gobierno a muy alto nivel, y ello así por la necesidad que tenía el Estado de reconstituir su reservas luego de la crisis extrema del 2001. Tan de retributivo el precio al que se pago la moneda extranjera, que la emisión monetaria, en moneda argentina, realizada por el Banco Central, constituyó el germen de la reaparición de la inflación en nuestra economía.
Estaban pues, dadas las condiciones, o más bien era un imperativo, de trasladar “del que tiene demasiado” algo hacia “quienes viven en condiciones de carencia insoportable”.
Empero, el frente de oposición – los propiciantes de la equidad incluidos – se mantuvo acerado, intransigente.
Había pues una causa, distinta al tema concreto en discusión que animaba esa actitud.
Otro indicio lo da la atomizada mesnada de hombres y mujeres integrantes de la oposición. Casi todos fracasados de intentos políticos anteriores, tránsfugas consumados, falsarios perceptibles, insistentes en preconizar hecatombes, acompañadas de guiños de ojos y movimientos gestuales propios de las tabernas de más baja estofa,…los que tienen perdida la fe, o…no tienen vergüenza. Algún que otro adinerado con fortuna de origen dudosa, y con ella, vía medios, quieren comprar el derecho a caer a saco sobre el país. Esencialmente, es llamativa la falta de una ideología, una idea, o siquiera un programa coyuntural. ¿Qué otra cosa que el caos puede esperarnos?
Agreguemos el regodeo de algunos viejos Gorilas, en algún momento sedicentes arrepentidos, que se relamían con deleite al considerar la posibilidad de destituir el gobierno de inmediato… y lo decía cambiando sonrisas complacientes con el presidente de la archioligárquica Sociedad rural.
Algunos consideran que advertencias de este tipo van a espantar a los inversores. Es sabido que no hay nada más cobarde que el capital; los 21.000.—millones de dólares que se dice han se han puesto a cubierto año pasado y los 4.000.—que siguieron la misma ruta este año se movilizaron mucho antes de las manifestaciones gubernamentales.
El peligro es cierto, y lo que está en juego mucho. ¡Qué no volvamos a extremos que nos esforzamos, inútilmente, por olvidar!
La presencia de un Vicepresidente en la peculiar situación de Cobos, puede alentar los pensamientos de una eventual "bordaberización".

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