miércoles, 20 de enero de 2010

"ORFEO Y EURÍDICE: MITO TRASPASADO DE TEOLOGÍA"

El mito de Orfeo es uno de los más cargados de simbolismos de cuantos registra la mitología helénica. Conocido desde antiguo, dio lugar a la constitución de un verdadera teología y dio lugar al desarrollo de una literatura muy abundante, en gran medida esotérica. Hay coincidencia en considerar a Orfeo como hijo de Eagro, pero hay discrepancias en cuanto al nombre de su madre. La teoría más aceptada es que sería hijo de Calíope, la más elevada en dignidad de las nueve musas. Orfeo es origen Tracio; es pues, como las Musas, vecino del Olimpo, donde con frecuencia es venerado y cantado. Orfeo es el cantor por excelencia, toca la cítara y la lira y en algunos casos se le atribuye la invención del primero de los instrumentos mencionados; cuanto menos se le reconoce el haber llevado de siete a nueve el número de las cuerdas de lira, por aquello de “las nueve musas”. Participó en la expedición de los Argonautas, pero más débil que los demás héroes no rema; actúa como jefe de maniobras fijando la cadencia a los remeros. Enfrentados a una tempestad, tranquiliza a los tripulantes y calma a los elementos con sus cantos. Su misión principal fue cantar, mientras las Sirenas intentaban seducir a los Argonautas, llegando a doblegar el atractivo traicionero de aquellas mediante cánticos más dulces y armoniosos que los de las magas. En resumen, Orfeo fue el sacerdote de los Argonautas. El mito más célebre relativo a Orfeo es su descenso a los infiernos por amor a su esposa EURIDICE. Al correr sobre la hierba, perseguida por Aristeo que intentaba violarla, Euridice fue mordida por una serpiente y murió. El dolor de Orfeo era inconsolable y se decidió a descender a los infiernos en busca de su esposa. Con los acentos de su lira encanta no solo a los monstruos del Tártaro sino a los mismos dioses infernales. Hades y Perséfone acceden a restituir Euridice a un marido que había dado tales pruebas de amor, pero ponen una condición: Orfeo debería salir seguido por su esposa, sin poder mirar atrás hasta encontrarse en la luz del día y encontrarse ambos fuera de su reino. Lamentablemente, ya en el borde mismo de la salida, le asaltó a Orfeo la duda de si efectivamente Euridice lo venía siguiendo: se dio vuelta a mirar y Euridice se desvaneció en una segunda muerte. Desesperado Orfeo trata de recuperarla, pero esta vez Caronte permanece inflexible, impidiéndole el reingreso al mundo infernal. Desconsolado, debe reintegrarse al mundo de los humanos.
La muerte de Orfeo ha fecundado gran número de tradiciones. Según la más aceptada fue muerto por las mujeres tracias envidiosas de su fidelidad a la memoria de Eurídice, actitud que era tomada como un insulto o un desprecio hacia ellas.
Cuando las mujeres tracias hubieron despedazado el cadáver de Orfeo, arrojaron los trozos a un río que los llevó hasta el mar. . La cabeza y la lira del poeta llegaron así a Lesbos, cuyos habitantes tributaron honores fúnebres a Orfeo; por eso la isla de Lesbos fue la tierra por excelencia de la poesía lírica.
Después de la muerte d Orfeo su lira fue transportada al cielo, donde quedó convertida en constelación.


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