"PELÍCULAS EN EXHIBICIÓN, RECOMENDADAS"
Cuestión de principios (Argentina/2009, color). Dirección: Rodrigo Grande. Con Federico Luppi, Norma Aleandro, Pablo Echarri, Pepe Novoa, Mónica Antonopulos, María Carámbula, Oscar Núñez, Oscar Alegre. Guión: Rodrigo Grande y Roberto Fontanarrosa, sobre un cuento de éste. Fotografía: Pablo Schverdfinger. Música: Ruy Folguera. Edición: César Custodio y Miguel Pérez. Presenta Doble E. 115 minutos. Apta para todo público. Nuestra opinión: EXCELENTE
No sería apropiado tomar en forma integral el conjunto de reglas que definen del cuerpo ético de Castilla (el personaje interpretado por Federico Luppi); esto así, por cuanto algunas de las mismas demuestran atavismo y anclaje en el pasado, o adhesión a un esquema rutinario de vida que le evite sobresaltos y “le permitan dormir tranquilo”.
Desde ese enfoque, la suma de sus postulados vitales merecen en algún caso reproche y hasta llegan a denotar una actitud egoísta del protagonista, a la que arriba, sin darse cuenta, por vía de reducir su mundo a una expresión minúscula en la que no tienen cabida los grandes cuestiones de la moral.
Pero de inmediato la película asume como tema central un punto central de Ética, y se presenta de un modo casi feroz y violento cuando el protagonista exclama, en el lugar y tiempo menos esperado la contundente premisa en derredor de la cual girara el nudo esencial del filme: “NO TODO PUEDE COMPRARSE CON DINERO”.
La axiología esta en deuda sobre un tópico tan trascendente, en su cometido de horadar en la roca inagotable de la moral y tratar de esclarecer las dudas humanas en cuanto a los conceptos y conductas compatibles con un cuerpo de valores tenido como recto y supremo, y cuál es, en su caso, la piedra de toque idónea para formular las distinciones. Ni siquiera El Imperativo Categórico de Kant alcanza ese objetivo; esta cuestión excede el cometido de esta nota, pero resulta imprescindible decirlo par comprender el verdadero alcance del tema en debate.
La película, basada en un guión de Roberto Fontana Rosa, tiene un desarrollo donde todas las situaciones que puedan darse en torno de la temática planteada tienen expresión en el filme.
Es una producción de altísimo interés, que hace pensar y abre la discusión sobre varios temas de plena vigencia social; por lo demás, presenta momentos de gracia y humor, con el consabido estilo costumbrista de Fontana Rosa y el gracejo y terminología tan propia de los hombres del litoral porteño; de todos modos, los tramos vitales y de mayor interés son aportados por episodios de alta densidad dramática.
Todo el elenco tiene un desempeño acorde con las exigencias del guión, aún los cumplidos en papeles secundarios; sin embargo cabe mencionar como descollantes la Actuaciones de Federico Luppi, Norma Aleandro y Pablo Etcharry.
Desde ese enfoque, la suma de sus postulados vitales merecen en algún caso reproche y hasta llegan a denotar una actitud egoísta del protagonista, a la que arriba, sin darse cuenta, por vía de reducir su mundo a una expresión minúscula en la que no tienen cabida los grandes cuestiones de la moral.
Pero de inmediato la película asume como tema central un punto central de Ética, y se presenta de un modo casi feroz y violento cuando el protagonista exclama, en el lugar y tiempo menos esperado la contundente premisa en derredor de la cual girara el nudo esencial del filme: “NO TODO PUEDE COMPRARSE CON DINERO”.
La axiología esta en deuda sobre un tópico tan trascendente, en su cometido de horadar en la roca inagotable de la moral y tratar de esclarecer las dudas humanas en cuanto a los conceptos y conductas compatibles con un cuerpo de valores tenido como recto y supremo, y cuál es, en su caso, la piedra de toque idónea para formular las distinciones. Ni siquiera El Imperativo Categórico de Kant alcanza ese objetivo; esta cuestión excede el cometido de esta nota, pero resulta imprescindible decirlo par comprender el verdadero alcance del tema en debate.
La película, basada en un guión de Roberto Fontana Rosa, tiene un desarrollo donde todas las situaciones que puedan darse en torno de la temática planteada tienen expresión en el filme.
Es una producción de altísimo interés, que hace pensar y abre la discusión sobre varios temas de plena vigencia social; por lo demás, presenta momentos de gracia y humor, con el consabido estilo costumbrista de Fontana Rosa y el gracejo y terminología tan propia de los hombres del litoral porteño; de todos modos, los tramos vitales y de mayor interés son aportados por episodios de alta densidad dramática.
Todo el elenco tiene un desempeño acorde con las exigencias del guión, aún los cumplidos en papeles secundarios; sin embargo cabe mencionar como descollantes la Actuaciones de Federico Luppi, Norma Aleandro y Pablo Etcharry.
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