viernes, 25 de septiembre de 2009

"EL VICEPRESIDENTE COBOS DEBE RENUNCIAR"




Es insoportable la continuidad del Vicepresidente Cobos en su función, cuando se ha hecho palmario que tiene una posición política discordante y opuesta a la de la Presidente que tiene por misión reemplazar; se crea una situación de incertidumbre institucional que puede llegar a un despropósito. Un mínimo de honorabilidad personal debe llevarlo a su renuncia. De lo contrario debe ponerse en marcha el mecanismo político para su destitución.


Los imborrables momentos relacionados con la cuestión del campo, la famosa Resolución 125, en los que el Vicepresidente tuvo que hacer uso de su voto de desempate de la votación igualitaria del senado, entendemos que fue una situación dramática, no querida ni buscada y donde genuinamente primó la conciencia del protagonista respecto de lo que entendió más beneficioso para el país, o, mejor expresado, supuso que con ello evitaba consecuencias calamitosas para la nación y de allí lo conmovedor y emocionante de sus dichos, expresados por un medio de una trabajosa e indirecta elaboración que patentizaba la tensión que lo embargaba.
A conciencia debió apartarse del pensamiento del gobierno que integraba, y las calificaciones de “traidor” solo se justifican por ser emitida al calor de un momento extremadamente denso.
Pero a partir de ese momento salió a recoger los halagos de las manifestaciones de apoyo, realizó conciliábulos orientados a conformar frentes de disidencia con el gobierno que seguía integrando; más aún se enroló de un modo expreso en una fuerza opositora y llegó al tupé de de convocar al congreso, en reuniones con toda la apariencia de mítines políticos, a figuras notoriamente adversas a la línea gubernamental.
La dinámica de la vida moderna, en la cual los viajes y reuniones de mandatarios en el exterior es una necesidad creciente, hace cada vez más evidente los insoportable de esta situación.
Y el seño Cobos continúa en una actitud claramente obstruccionista y peligrosa, pretendiendo adelantar en el Senado directivas para el momento próximo en que estará fuera de la conducción del cuerpo y haciendo una proclama absurda totalmente inconciliable con su función.
Señor Cobo, usted está mereciendo el calificativo de inmoral y perjuro, por arrastrase en una actitud logrera y bastarda en procura d un rédito político personal a partir del menoscabo ocasionado al gobierno que juro servir.
Tenga la dignidad de renunciar; de lo contrario, según reza el juramento de estilo, LA PATRIA SE LO DEMNDARÁ.

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