jueves, 2 de julio de 2009

LA ÉTICA Y NUESTRA CONCIENCIA: FILME "CRIMENES Y PECADOS"






Película que presenta la singularidad de desarrollar su entramado esencial sin que Woody Allen ocupe un rol relevante en el mismo. Así el papel protagónico bien merece ser asignado a Martín Landau, quien personifica al atribulado dentista, ya entrado en años, casado y con hijos mayores, que es asediado por su amante decidida a obtener la legitimación de su vínculo con el hombre amado. Ella da señales inequívocas de su disposición a hacer lo necesario para que la relación clandestina que mantienen se exteriorice en la intimidad familiar de él, como un modo de presionar su decisión. Es comprensible la preocupación del ser asediado, ya que ello significaría el derrumbe de todo lo querible y prestigioso construido trabajosamente a lo largo de su vida, esto es, familia, valoración profesional y expectabilidad social; atenazado por una amenaza tan seria al sistema de valores en que se apoya su concepción de la vida, sucumbe a la sugerencia de un familiar sin tantos escrúpulos contratar a un sicario para la eliminación física de la mujer. Consumado este hecho, el sentimiento de culpa lo atormenta y persigue en todo momento, en una línea que recuerda al Raskolnikov de la afamada obra de Dostoievsky, “Crimen y Castigo”. En el curso de este trance, se presenta en el film, a modo de ilustración del consternado autor intelectual del homicidio, una escena de antología en la cual diversos comensales debaten acerca de de la de la creencia en Dios, siendo total y plena para algunos, necesaria para la felicidad aunque en definitiva no responda a la verdad, imposible de conciliar con el pecado imperante en el mundo según el sentir de la mujer más escéptica, o una mera formalidad exterior para otros. Woody Allen personifica lateralmente su papel de perdedor, acentuado en este caso, enfrentado a un cuñado director de cine de corte “holliwoodense”. Fundamentalmente, el núcleo central del filme importa una profunda reflexión sobre la ética. Sobre el final de la película el hombre que ha decidido la consumación del crimen parece liberado de su carga de culpa; ha pasado el tiempo, ha gozado de su reintegro pleno al seno de la vida familiar y lo que es fundamental ... comienza a sentir la certeza de la inimputabilidad, ha perdido la isoporrtable pesadez de los primeros momentos. Esto supone admtir que en verdad que la mayoría de los seres humanos carecemos de una estructura moral férrea sobre nuestros juicios; si se nos da la oportunidad tendemos a racionalizar las inconductas,... remitir nuestras faltas y pecados a una suerte de "archivo encriptado", de difícil acceso, aún para nosotros, y recrear las condiciones espirituales necesarias para aquello que realmente nos importa ¡Nuestra Felicidad!

Etiquetas:

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

es oftalmologo no dentista

26 de junio de 2012, 22:50  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio