viernes, 17 de septiembre de 2010

“…Y LOS LOBOS AÚLLAN DE HAMBRE”

 Mariano Grondona, comentario a la nota publicada en la Nación el 16/09/10: “Kirchner, ¿hombre fuerte u hombre débil?

No sólo los hombres “autodenominados providenciales”, dicho sea de paso, Kirchner nunca se adjudicó ese carácter, tienen una vigencia finita, La finitud es una condición inherente a la condición humana. El filósofo Martín Heidegger, en su libro traducido como “Ser y tiempo” establece el apotegma de que el “hombre es arrojado al mundo para su muerte”; con esto quiere expresar que sobre la multitud de posibilidades que podrá enfrentar el hombre en un instante, una que siempre estará presente y que indefectiblemente llegará, es su muerte. Lo que sucede con Kirchner es que parece que no pueden esperar. Más bien, y dados los recientes sucesos de su salud estas elucubraciones aparecen como perversos eufemismos de un deseo macabro y poco decoroso. Una falta de lealtad para con la vida misma. Parecen estar regodeándose con la esperanza de que ese hecho ocurra, acompañado por el lamento de que no haya ocurrido el día de su crisis. Por el ahora los muertos que vos matáis gozan de buena salud.

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