martes, 14 de septiembre de 2010

"LO QUE QUEDA DEL DÍA": ... DECISIONES TARDÍAS DE BÚSQUEDA DE LA PROPIA FELICIDAD.



Dir: James Ivory. Con Anthony Hopkins, Emma Thompson, James Fox, Peter Vaughan.G. BRETAÑA, 1993.

Uno debe cumplir cabal, honesta y concienzudamente con las obligaciones que asume, sean estas remuneradas o no, trátese de las funciones más importantes o de las más simples. Si se trata de colocar platos y cubiertos obre una mesa corresponde que su ubicación se realice conforme a las reglas. Pero nadie puede agotar su existencia en ser la sombra eficiente de otra persona. El protagonista de la película se niega a sentir, tener pensamientos propios, regirse por principios, obedecer a sus pulsiones y aún amar, sólo por respeto a lo que considera el cumplimiento del deber; simula haberse mutado en un bloque de hielo y carecer de percepciones o no interpretar las expresiones contenidas en las palabras o la gestualidad de otras personas, en cuanto supone que ello habría importado apartarse de la línea imperativa de lo que entiende equivocadamente su responsabilidad. Es mucho más honesta la postura del ama de llaves en el episodio del despido de las niñas acogidas en calidad de refugiadas en cuanto admite haber revertido su decisión de dimitir o temor a la soledad. Es como cualquiera de las razones que nos provocan pánico y lo paralizan a uno en cuanto a un determinado curso de acción que de lo contrario habría seguido; y debe comprenderse que la sola idea de la soledad puede causarnos horror. Pero el mayordomo es neutro desde el punto de vista moral, o aparenta serlo del mismo modo que ahoga la totalidad de sus sentimientos detrás de una actitud impasible elaborado en consonancia con su modo de concebir el cumplimiento de su deber. Cuando sale en busca de una vía de realización individual, ya es tarde. El tema, con enormes diferencias de intensidad, matices y circunstancias, ya ha sido tratado en oportunidad de comentar la película “El Custodio”, de Rodrigo Moreno. También su caso recuerda al personaje del mayordomo en la obra de Chejov “El jardín de los cerezos”.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio