"EL MITO DE TÁNTALO": "UN GURMET DE FAMILIA"
El matrimonio entre un hombre de edad avanzada y una bella moza por intereses económicos vuelve a aparecer en esta estampa. La joven ha muerto de amargura y el marido no puede hacer nada por remediarlo, aludiendo Goya al suplicio de Tántalo que veía el agua y no podía beberla. Las ajustadas telas del cuerpo de la joven acentúan la sensualidad de la escena y el dolor del hombre al haber descuidando a su bella esposa.
Tántalo, como casi todos los personajes de la mitología presenta diversas versiones en cuanto a su genealogía, que siempre parece cambiar con el transcurso del tiempo y con las necesidades concretas con que los hechos son relatados o incorporado en cada momento. No atendremos al relato más conocido y tocante de este supuesto hijo de Zeus. En una ocasión, con el fin de gratificar a los dioses, mató a no de su hijos y sirvió su carne como un manjar. Los dioses lo advirtieron inmediatamente y lo condenaron a un tormento eterno que consistía en permanecer sumergido en agua, que le llegaba al cuello, pero inútil para saciar su sed debido a que bajaba de nivel no bien movía la cabeza para acercar sus labios. Lo mismo ocurría con una rama pendiente sobre su cabeza pletórica de frutos, en éste caso elevándose bruscamente cuando pretendía alcanzarla. Al hambre y a la sed se unía pues la visualización permanente de los bienes que podían hacer cesar el sufrimiento. Este sutil mecanismo de suplicio originó en inglés un verbo (to tantalize), que tomando en su traducción al castellano significaría: “…burlarse o atormentar a alguien permitiéndole ver pero no acceder a algo que le es deseable”. Su empleo en la vida cotidiana no es inusual; es común la expresión rogatoria de un varón “Don`t tantalize mi”, cuando el proceso de seducción se le complica, o está en un punto de inflexión de su desarrollo.
Tántalo, como casi todos los personajes de la mitología presenta diversas versiones en cuanto a su genealogía, que siempre parece cambiar con el transcurso del tiempo y con las necesidades concretas con que los hechos son relatados o incorporado en cada momento. No atendremos al relato más conocido y tocante de este supuesto hijo de Zeus. En una ocasión, con el fin de gratificar a los dioses, mató a no de su hijos y sirvió su carne como un manjar. Los dioses lo advirtieron inmediatamente y lo condenaron a un tormento eterno que consistía en permanecer sumergido en agua, que le llegaba al cuello, pero inútil para saciar su sed debido a que bajaba de nivel no bien movía la cabeza para acercar sus labios. Lo mismo ocurría con una rama pendiente sobre su cabeza pletórica de frutos, en éste caso elevándose bruscamente cuando pretendía alcanzarla. Al hambre y a la sed se unía pues la visualización permanente de los bienes que podían hacer cesar el sufrimiento. Este sutil mecanismo de suplicio originó en inglés un verbo (to tantalize), que tomando en su traducción al castellano significaría: “…burlarse o atormentar a alguien permitiéndole ver pero no acceder a algo que le es deseable”. Su empleo en la vida cotidiana no es inusual; es común la expresión rogatoria de un varón “Don`t tantalize mi”, cuando el proceso de seducción se le complica, o está en un punto de inflexión de su desarrollo.
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¡una sonrisa...póngale onda, please!
Paciente: ... pienso doctor que sufro un profundo complej de inferioridad...
Sicólogo: Después de cinco años de tratamiento, mi dictamen fundamentado no es que usted tenga un complejo de inferioridad... ¡Usted es inferior!
Etiquetas: MITOS Y LEYENDAS MITOLÓGICAS
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