"SECUESTRO Y MUERTE DE ARAMBURU"
Nos referimos al libro recientemente publicado por José Pablo Feinmann, con el título de TIMOTE, en alusión al lugar en que se ubicaba la estancia, perteneciente, por lo menos en ese momento, a la familia de uno de los “cuadros” montoneros actuantes en el operativo; en el interior de su casco el ex general Aramburu fue sometido a “proceso”, se lo ejecutó y recibió sepultura.
Debemos reconocer en Feinmann una envidiable capacidad de trabajo que concreta en producciones de admirable calidad literaria.
Tampoco le desconocemos su derecho a elegir el género en el cuál encuadró su libro, ya se pretenda que es un ensayo, una novela histórica, un ensayo complementado con la creación ficcional de los huecos dejados por las referencias aceptadas de los hechos; el encuadre o no en los cartabones usados tradicionalmente no es lo que importa. Se trata fundamentalmente de que las situaciones aportadas como complementos imaginarios no nos parecen ni razonables ni necesarias. Es fundamental resaltar al respecto que algunos de los protagonistas de aquellos dramáticos y trágicos episodios dieron una relación presuntamente completa de los episodios en una publicación de la revista del grupo militante Montoneros y cuyo texto puede consultarse vía Internet con mucha facilidad; lo censurable a este respecto en el trabajo que comentamos es que lo expresado en el citado informe es dejado de lado, sin siquiera manifestar una sospecha de parcialidad o falta de fidelidad en la exposición de los sucesos; y lo que es más grave, se los reemplaza por alternativas ficcionales de mucha menor verosimilitud.
Debemos reconocer en Feinmann una envidiable capacidad de trabajo que concreta en producciones de admirable calidad literaria.
Tampoco le desconocemos su derecho a elegir el género en el cuál encuadró su libro, ya se pretenda que es un ensayo, una novela histórica, un ensayo complementado con la creación ficcional de los huecos dejados por las referencias aceptadas de los hechos; el encuadre o no en los cartabones usados tradicionalmente no es lo que importa. Se trata fundamentalmente de que las situaciones aportadas como complementos imaginarios no nos parecen ni razonables ni necesarias. Es fundamental resaltar al respecto que algunos de los protagonistas de aquellos dramáticos y trágicos episodios dieron una relación presuntamente completa de los episodios en una publicación de la revista del grupo militante Montoneros y cuyo texto puede consultarse vía Internet con mucha facilidad; lo censurable a este respecto en el trabajo que comentamos es que lo expresado en el citado informe es dejado de lado, sin siquiera manifestar una sospecha de parcialidad o falta de fidelidad en la exposición de los sucesos; y lo que es más grave, se los reemplaza por alternativas ficcionales de mucha menor verosimilitud.
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