miércoles, 8 de diciembre de 2010

"FAHRENHEIT 451": EL LIBRO... TERROR DE LOS DESPOTAS.


Dir François Truffaut. Con Julie Christie, Oskar Werner, Cyril Cusack, Anton Diffring.g. BRETAÑA 1973.





Muy buena película, basada en el original e imaginativo libro de igual título escrito por Ray Bradbury. En un estado de concepción totalitaria, la destrucción de libros por medio del fuego constituye un objetivo primordial de la acción de gobierno, como lo es también la de otorgar una concepción neutra, absolutamente lavada e intrascendente a las emisiones televisivas. Se quiere el utópico intento de de dar uniformidad a la formación cultural de los ciudadanos y la manipulación del sistema informativo con el fin de lograr su domesticación y con ello las más fácil conservación del poder. Sin embargo, algo de razón asiste al jefe del escuadrón de bomberos, en cuanto frente al montón de libros que se prestan a incinerar, expresa que ellos aportan influencias que causan desasosiego a los lectores, y que muchos de los autores escriben inspirados por ansias de diferenciarse y adquirir prestigio, para luego encerrarse en la soberbia. En el mismo sentido de apología de la ignorancia, como medio de llevar una vida menos angustiada por las especulaciones filosóficas y producciones literarias que llevan a un mayor conocimiento de las verdades de la existencia se encuentra en “Elogio de la Locura” de Erasmo de Rótterdam, y también Bergman pone en boca de uno de sus personajes la afirmación de que la lectura de libros proporciona dolor y tiene el efecto de tornar a los hombres lúgubres y reconcentrados. En todo caso los hombres estamos en la vida, y nuestra experiencias y reflexiones nos llevan a conclusiones y eso nos lleva a conclusiones, y sean estas alegres o angustiantes van a estar en nuestra mentes e influirán en nosotros con independencia que sean puestas e negro sobre blanco. En cuanto a la presunción de que los lectores de la Ética de Aristóteles adquirirían un mayor nivel moral, en oposición a la igualdad buscada, la solución sería la opuesta a la adoptada, esto es, promover su lectura generalizada. Es verdaderamente imaginativo el recurso de suponer que los disidentes tomaran a su cargo la transmisión oral de los textos a fin de preservan con ello el capital de pensamiento acumulado hasta ese momento acumulado por la sociedad.

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