miércoles, 8 de diciembre de 2010

"EL HOMBRE DEL TRAJE GRIS": VALORES ENFRENTADOS: EL GOCE DE LA RUTINA FRENTE A LA CREATIVIDAD DE LOS EMPRENDEDORES.





Dir: Nunnally Johnson. Con Gregory Peck, Jennifer Jones, Fredric March, Marisa Pavan,1956.



La cuestión que define el eje capital de esta película esta dado por dos actitudes diferentes y que en el caso se ha preferido llevar al extremo en el ánimo de la mejor clarificación de las ideas, en torno al grado de empeño o aplicación de tiempo con que debemos enfrentar el desempeño laboral. Se trata de oponer a la función de un hombre, en el caso un empresario, dedicado en plenitud a la concreción de sus iniciativas, a la del empleado clásico con sujeción férrea a un horario rígido e inalterable, definido en la expresión elegida en la película como “El hombre de nueve a cinco”. El argumento parte de la premisa de que el sujeto en cuestión esta en condiciones de elegir, por lo cual deben suponerse la concurrencia de, por lo menos, dos condiciones primordiales para que la facultad de elegir sea posible: la posesión de parte del agente de los atributos exigidos para el ejercicio de ambas funciones marcadas como presupuestos de disyuntiva, y la existencia de ofertas de trabajo ubicadas de un modo simultáneo en uno y otro encuadre. Decimos esto por que no es usual, dentro del planteo de circunstancias ofrecido en la película, que alguien en busca de empleo par mejorar el sistema de subsistencia de su familia se encuentre con alternativas de tanta generosidad; no es tampoco frecuente que un hombre dotado de los atributos necesarios para ser invitado al cumplimiento de quehaceres en los que se implican comúnmente capacidad de discernimiento y decisión haya previamente vegetado en un empleo menor, asiéndose al pretexto de la “seguridad” para el mantenimiento de la rutina; normalmente en estas cuestiones gravita mucho el tema temperamental, y la personalidad de fibra e inquietudes empuja hacia delante y busca la apertura con independencia de los riesgos, por los demás presente en cualquier iniciativa. Como sea, los presupuestos a recurrió la ficción para plantear un tema válido de reflexión. Entendemos que asiste razón al directivo de la empresa, en cuanto afirma que hombres de su tipo de personalidad son los creadores de las unidades económicas, y al bregar por su éxito y expansión se constituyen en promotores del progreso, con beneficio para la comunidad y por supuesto también para los “Hombres de nueve a cinco”. El argumento del hombre de traje gris de atenerse a un horario estricto con fundamento exclusivo d contar con el resto del tiempo, merece algunas consideraciones en lo relativo a lo existencial y también en lo tocante al tema económico. Venimos a este mundo no solo para engendrar, educar y después morir, por lo menos convine que así lo pensemos; tratemos de minimizar el alcance funcional del “eterno retorno”; y en este orden debemos entender que nuestro trabajo ese una pieza vital de la construcción de nuestra personalidad. Cualquiera sea el grado de importancia en que se lo ubique, tratemos de llevar el orgullo del fin que se nos encargado se cumpla acabadamente y empleando al máximo nuestras potencias personales, y si es necesario la aplicación de tiempo adicional para superar una contingencia debemos hacerlo, y eso también será un ejemplo formativo para nuestra familia. El facilismo, la abulia y la rutinización conducen al embrutecimiento y la desidia. En la otra esfera, la económica, cabe decir que el retaceo de esfuerzo implica naturalmente la declinación en los frutos que el mismo genera y será necesaria una adecuación del estilo de vida a esa realidad. Esto tendrá el carácter de una fatalidad, salvo acontecimientos excepcionales de orden externo, como lo constituyó, en el caso de esta historia la herencia de una confortable mansión, que permitió salir de la vivienda anterior, calificada de “tumba” por la esposa. La película presenta algunas contradicciones o desajustes, como lo es por ejemplo la invocación por el juez de una poesía en la que se presupone la existencia de una idealidad, cuando en verdad a lo que se está asistiendo es a resolver la situación de un hijo natural abandonado en el extranjero mediante la remisión de una pequeña suma, periódica, de dinero con total olvido de los afectos afectivos y de otro orden comprendidos en todo vínculo parental. De todas formas es una producción fílmica que merece ser vista, en cuanto llama a la reflexión y adopción de criterio respecto del tema central de su argumento.

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