miércoles, 9 de septiembre de 2009

"FISIÓCRATAS: EL UMBRAL"

Quesnay



Los primeros hombres en formular un análisis de la actividad económica con pretensiones de sistema intelectualmente fundamentado fueron los fisiócratas. Surgieron en la segunda mitad del siglo XVIII y algunos de ellos tuvieron participación relevante en los hechos de la Revolución Francesa. Más allá de su inquietud científica, gatilló el interés inmediato de estos hombres su reacción contra el MERCANTILISMO. Esta denominación respondía más que a un cuerpo de ideas a una praxis o política concreta, cuya expresión antonomástica se identifica con la gestión de Juan Bautista Colbert, ministro de Luís XIV, y que en síntesis consistió en la maximización de las exportaciones, minimizar las importaciones y con ello conseguir la disposición de un poderoso Tesoro en metálico; a la postre, la disposición de ese enorme caudal en la financiación de guerras y otros cometidos no productivos, acabaría, frente a la condigna falta de bienes, por desatar un agudo proceso inflacionario y un empobrecimiento general y penurias de la población. Luís XV estaba en la misma senda, de modo que la primera virtud de los fisiócratas FUE REPUDIAR LA ACTIVIDAD EXCLUSIVAMENTE COMERCIAL COMO FUENTE PRODUCTORA DE RIQUEZA. El hombre más destacado de esta escuela fue Francisco Quesnay (1694-1774), autor del “Cuadro Económico", considerado por algunos como la Biblia de los fisiócratas. El pensamiento de este plantel de pensadores evolucionó desde la oposición al mercantilismo y la exaltación del adecuado aprovechamiento de los bienes de la naturaleza, hacia fijar la premisa de la total libertad en materia económica. Quesnay, médico de profesión, veía en el funcionamiento del ciclo económico, al igual que en la fisiología del cuerpo humano, reglas inmutables que no debían ser interferidas por el poder estatal. Esta doctrina se resumió en la célebre frase “LAISSEZ FAIRE ET LAISSEZ PASSER, LE MONDE VA DE LUI –MÉME” (Dejad hacer; dejad pasar el mundo marcha por sí solo). Para nuestros días parece simple y aún cuestionale; pero constituyó la piedra de toque e inicio de todo el pensamiento de economía política y política económica posterior.

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¡UNA SONRISA POR FAVOR!

A: ¡Tapame que ahí pasa mi médico y no quiero que me vea… ¡

B: ¿Qué le debés dinero?

A: No: … pero hace mucho que no me enfermo…

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