“AUTOVICTIMIZACIÓN DE LOS VICTIMARIOS”
Adrián Ventura-Respuesta a su nota de L.N. del 1-09-10: “La Casa Rosada ataca de nuevo”
No es un ataque. Es la función estatal de fijar las reglas para una convivencia más armónica, equitativa y justa entre los medios y en la comunidad en general. Hacer progresar el derecho supone llevar las normas de convivencia un estadio superior que debe ser recibido con beneplácito. Tomarlo con resistencia denota una actitud conservadora, atada al pasado y a los privilegios obtenidos en él, al amparo de un orden fenecido o cuando la ausencia de leyes posibilitaron el predominio de los poderosos, que han abusado de sus atributos para coartar, dificultar o poner límite al progreso natural de los más débiles.
Justamente, para garantizar la libertad de prensa y expresión es que se dictó la que dió en llamarse Ley de Medios. En esencia recoge principios por lo que se viene luchando desde hace mucho tiempo en el plano de la regulación de los estados para asegurar la competencia entre medios múltiples e independientes. En nuestro país se dan supuestos monopólicos en el manejo de la prensa, tanto horizontales – acuerdo entre empresas productoras e información – relacionado íntimamente, con el llamado monopolio vertical – Papel Prensa con dos firmas clientes de un insumo básico para el funcionamiento de aquellas-; y luego está la acumulación de medios convergentes en la difusión de noticias e imágenes que da lugar al abuso de una empresa por su posición dominante. Puede decir que toda la lucha en pos de evitar la centralización de oferentes nace en la Sherman Anti-Trust Act de EE.UU. de 1890. Y en nuestro caso no se trata de la circulación de bienes materiales: son hechos e ideas. Paulino Rúa.
No es un ataque. Es la función estatal de fijar las reglas para una convivencia más armónica, equitativa y justa entre los medios y en la comunidad en general. Hacer progresar el derecho supone llevar las normas de convivencia un estadio superior que debe ser recibido con beneplácito. Tomarlo con resistencia denota una actitud conservadora, atada al pasado y a los privilegios obtenidos en él, al amparo de un orden fenecido o cuando la ausencia de leyes posibilitaron el predominio de los poderosos, que han abusado de sus atributos para coartar, dificultar o poner límite al progreso natural de los más débiles.
Justamente, para garantizar la libertad de prensa y expresión es que se dictó la que dió en llamarse Ley de Medios. En esencia recoge principios por lo que se viene luchando desde hace mucho tiempo en el plano de la regulación de los estados para asegurar la competencia entre medios múltiples e independientes. En nuestro país se dan supuestos monopólicos en el manejo de la prensa, tanto horizontales – acuerdo entre empresas productoras e información – relacionado íntimamente, con el llamado monopolio vertical – Papel Prensa con dos firmas clientes de un insumo básico para el funcionamiento de aquellas-; y luego está la acumulación de medios convergentes en la difusión de noticias e imágenes que da lugar al abuso de una empresa por su posición dominante. Puede decir que toda la lucha en pos de evitar la centralización de oferentes nace en la Sherman Anti-Trust Act de EE.UU. de 1890. Y en nuestro caso no se trata de la circulación de bienes materiales: son hechos e ideas. Paulino Rúa.
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