miércoles, 25 de agosto de 2010

"LOS SANTOS INOCENTES": SOMETIMIENTO Y DEPENDENCIA ABERRANTE QUE CLAMA JUSTICIA.





Dir: Mario Camus. Con Alfredo Landa, Francisco Rabal, Terele Pávez, Juan Diego. ESPAÑA, 1984.



El abuso, la expoliación y la opresión presentes en la base del sistema feudal trasnochado o talifundista son bien conocidos; lo que resalta como singular del drama relejado en esta producción cinematográfica, es la extrema sumisión y obsecuencia con que se aceptan las condiciones emergentes de tal estado de cosas. Ese grado de docilidad y genuflexión se revela patéticamente en la terminología de relación, donde el vocablo “señoriíto” acompaña cada aserto de los dependientes o en su caso la expresión “para obedecer” usada en ciertas oportunidades, dando a entender que se está en disposición de aceptar cualquier cosa que les sea impuesta. Podrá alegarse que los sometidos se encuentran en un estado de extrema necesidad, pero no se admite que fuese tan así en el año l960, en que se ubica el desarrollo de la acción. No cabe descender hasta el grado de perder toda dignidad y además aceptar como fatal e irremediable tal estado de cosas. El cambio aparece reflejado en el hijo varón, pues no solamente se decide a tentar fortuna fuera del coto de sometimiento; ya antes había malquistado al patrón al rechazar reiteradamente una propina que éste le ofrece cuando se desempeña como auxiliar de caza en sustitución de su padre invalidado por un accidente. Esto lleva al patrón a razonar más o menos en estos términos frente a sus amigos, también poderosos: “Estos jóvenes de ahora no tienen respeto por las jerarquías… ¡ necesitan una guerra…!

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