martes, 22 de diciembre de 2009

"ENSAYO DE ORQUESTA": EL MEJOR FELLINI

Los músicos concurren al ensayo con la actitud negligente y laxa de quien se siente bajo la cobertura de una pantalla que los coloca en un estado de indemnidad frente a lo que, en un orden normal de las cosas habría importado: soportar las consecuencias punitivas naturales o correlato propio a la desatención de un deber. Ya sea que ese privilegio devenga de la incuria proverbial de los burócratas públicos - si es que este es el caso-, de hábitos decadentes institucionalizados por los usos y costumbres, o de la interpretación abusiva de normas o sistemas estatutos regulatorios de la actividad, esta claro que se está frente a una corruptela colectiva, en cuanto se desatiende el propósito específico de la convocatoria, cual es la del logro de una superación artística mediante el ensayo y afinamiento. Por el contrario, esa postura indolente los lleva primero a postergar la iniciación del ensayo para acceder a una entrevista televisa contra la voluntad del director; luego se presenta la hora del refrigerio; comienzan a escucharse ruidos sordos, algunos sacudimientos telúricos se detiene el servicio de electricidad. Deciden continuar a la luz de velas y en la semipenumbra consiguiente una pareja de músicos llega a la incuria de hacer el amor en el piso del recinto. El director no consigue el orden necesario para el inicio de la sesión; comienzan a escribir leyendas insultantes en las paredes, y terminan por declararse autosuficientes y, en tono despectivo y amenazante, proclaman su independencia del director. Se está en el caos, indicativo de que se ha alcanzado el límite. El corte dramático se opera por la acentuación de los ruidos, la profusión de grietas en las paredes y en el techo y la caída de una pared. Cunde la conmoción y todos miran atemorizados hacia el director: este recoge la batuta y comienzan los movimientos, en el comienzo suaves y rítmicos, seguidos cumplidamente por los ejecutantes; el director, dueño de la situación va girando su concepción musical hacia acordes y giros plenos de vigor y firmeza; sus músculos y gestualidad se han tensado y su figura presenta los rasgos de quien actúa en ejercicio de un ilimitado poder autoritario. El temor a las fuerzas incontrolables de la naturaleza, a trocado las bravatas y soberbia exhibida por los músicos se en una obediencia servil, casi marcial,…obscena; necesitaban un guía en la desesperación, y están dispuestos a seguirlo ciegamente. La historia ilustra sobre la repetición trágica de procesos semejantes.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio